echo de menos ver la nieve caer asomado a la ventana, sintiéndome seguro y tranquilo escuchando el ruidito constante del mando de la xbox, mientras tengo un video de emma puesto de fondo y hablo con mis amigos, es tarde aquí y se acaban de despertar.
echo de menos esa sonrisa, entrando a la habitación con una bandeja de galletas recién horneadas, con unos ojos brillantes llenos de ilusión por ver mi reacción al probarlas.
echo de menos poder sentirme en casa, tan lejos de casa, y también sentirme libre, nadie me conoce aquí. se siente bastante bien empezar de cero y que todo vaya como en algún momento soñé.
echo de menos las carreteras llenas de nieve (aunque me daba terror, sobre todo si era reciente), e ir a por algo para cenar, sabiendo bien que al final elegiría de nuevo unas patatas, una hamburguesa de pollo picante (mi favorita, aunque en este país no se considere hamburguesa por ser de pollo), y una dr pepper de un tamaño que en españa podría saciar a una familia entera.
echo de menos eso, las pequeñas cosas, lo que un día doy por sentado, y al siguiente, es lo que echo de menos.